- Imagina que tu trabajo o estudios son lo más importante, además, te gusta ¿el problema? Tener que hacerlo cara al público, la ansiedad que eso te produce te hace parecer poco sociable incluso maleducado. En ocasiones, hasta evitas saludar e interactuar con las personas ya que temes ser criticado y juzgado de forma negativa. Esto acaba formando parte de tu comportamiento y terminas creyendo que esa es tu personalidad. Bien, pues esto es ansiedad social, y te limita en tu funcionamiento profesional y personal, generando, todavía más sentimientos negativos y temores ante los demás, provocando un bucle que acrecienta el problema.
- Ahora tenemos a una persona con resultados académicos brillantes, inteligente, creativa, con varios intereses, y muy amable. Pero pasa la mayor parte de los recreos solo, leyendo un libro en el patio o quedándose en clase. Es posible que se diga a si mismo que no le gusta jugar, que prefiere leer, que es un “solitario”, que está mejor así. Pero si profundizamos un poco, descubriremos que tras este aislamiento impuesto, hay miedo, a que los compañeros le rechacen, a no ser aceptado como es. Eso, es ansiedad social. Que un niño, niña o adolescente se libere de sus miedos sociales puede cambiar el devenir de su vida.
- El resultado, el bienestar disminuye de forma significativa ya que no poder tener relaciones y contactos sociales íntimos, correlacionan con la disminución de la autoestima y la satisfacción de cualquiera. Antes de llegar a este estado y situación, recomiendo prevenir, informarse y pedir consejo o ayuda a un profesional.